jueves, 13 de agosto de 2009

¡DÍ A ESTE PUEBLO QUE MARCHE! (Éxodo 14:1-30) v. 15

Introducción:
A. Dios libró a su pueblo para que marchara. Él liberta al alma del hombre para que marche. Si queremos avanzar en la vida espiritual tenemos que marchar.
B. Esta historia es confortante para todos nosotros. Contamos con el mismo Dios de antes. Hoy nos ordena seguir marchando.
C. Pero en medio de esta marcha nos dicen las Escrituras: "No temáis; estad firmes, y ve la salvación que Jehová hará hoy con vosotros." (v. 13). ¡Ánimo amados hermanos, el Dios que nos ha ordenado marchar, también nos ha prometido pelear por vosotros! Para esto debemos saber que:

I. MIENTRAS MARCHAMOS HAY CAMINOS QUE SE CIERRAN
Éxodo 14:2,3

A. Cuando Dios ordenó a Moisés que llevara al pueblo de Israel en dirección contraria, eso es, que "dieran la vuelta y acamparan delante de Pi-hahirot, entre Migdol y el mar hacia Baal-zefón", quedaron en una especie de callejón sin salida.
B. Era el lugar perfecto para ser atacados por el Faraón. De modo que allí estaban los israelitas atrapados y sin esperanza entre el mar y los ejércitos del temible Faraón.
C. Usted y yo tenemos que imaginarnos el tremendo aprieto en el que se encontró Moisés. Aquel sería el más grande momento para probar su fe. Hay una verdad solemne en todo esto.
D. Vienen ocasiones a nuestra vida donde Dios pareciera llevarnos a ciertas situaciones de gran dificultad, de donde no vislumbramos posibles salidas.
E. Pruebas que las creemos insuperables. Especies de paredes donde pareciera no haber escapatorias. Momentos donde la lógica humana no entra si es consultada.
F. Es posible que en este mismo momento usted esté atravesando por un tiempo que le parece en extremo incomprensible y misterioso, pero déjeme decirle que su condición es comprensible por que si Dios le ha permitido llegar hasta allí, Él tiene un gran propósito que quiere revelarle.
G. No piense usted que por cuanto se le ha cerrado el camino en su marcha, todo se ha acabado. ¡No se desanime! Usted no marcha solo, cuenta con el mejor aliado. Dios abre las puertas donde todo se ha cerrado. Israel aprendió eso apenas comenzando el camino de su libertad.

II. MIENTRAS MARCHAMOS VIENEN LOS TEMORES DEL FRACASO
Éxodo 14:10

A. El gozo de la libertad pronto fue cambiado por un temor colectivo. La confusión del pueblo en fiesta fue transformada por manos sudorosas, piernas debilitadas y en comentarios violentos.
B. La visión del enemigo hizo olvidar por un instante la demostración del poder Dios, jamás antes visto, de todas las plagas con las que Egipto fue destruido.
C. Cuando ellos vieron los carros del temible enemigo, tirado por rápidos y valientes guerreros egipcios, palidecieron y se turbaron en gran manera.
D. Las preguntas que salieron en medio de la protesta revelaron la baja estima a la que les había llevado el período de esclavitud y la debilidad de su fe.
1. Se ha dicho que es más fácil sacar a la gente de la esclavitud que sacar la esclavitud de la gente.
2. Se puede ver una nota de amargura en la pregunta dirigida a Moisés: "¿No había sepulcros en Egipto, que nos has sacado para que muramos en el desierto?" ver. 11
E. ¡Qué ironía la de esta pregunta! Por seguro que Egipto era famosa por las tumbas, más que ninguna otra nación. Era allí donde se levantaban las muy famosas pirámides-tumbas.
1. Pero esta actitud revelaba una gran falta de fe. Es curioso ver cómo se prefiere morir en esclavitud que dar un salto de fe y morir de una manera distinta.
2. Pero en medio del pueblo tembloroso está Moisés. Él ha visto el pánico generalizado que ha traído la presencia del enemigo, de modo que en lugar de contagiarse con el ambiente negativo, proclama una de las más grandes declaraciones de confianza que se conozca en las Escrituras, así predicó a su pueblo: ver. 13"Y Moisés dijo al pueblo: No temáis; estad firmes, y ved la salvación que Jehová hará hoy con vosotros; porque los egipcios que hoy habéis visto, nunca más para siempre los veréis"

F. Los temores del fracaso ocultan de la vida, la fe firme que debiera estar puesta en nuestro poderoso Dios. Hay toda clase de temores con las que podemos ser asolados.
1. La aparición de una enfermedad seria conduce al temor de la muerte.
2. Una mala situación económica conduce al temor de la estabilidad familiar.
3. El no llenar la parte afectiva y emocional puede conducir a un temor por la soledad, uno de los más temidos de todos.
G. El creyente debe imitar a Moisés cuando esté en presencia de aquellos enemigos que tienen la misión de crear un estado de conmoción interna. Glen Hale Bump recomendaba: "Alimenta tu fe y tu temor se quedará anémico hasta morir".
H. La promesa de Isaías es siempre oportuna mientras vamos camino en nuestra marcha espiritual y somos asaltados por el temor: (DHH) No tengas miedo, pues yo estoy contigo; no temas, pues yo soy tu Dios. yo te doy fuerzas, yo te ayudo, yo te sostengo con mi mano victoriosa. (Isaías. 41:10)

III. MIENTRAS MARCHAMOS JEHOVÁ PELEA POR NOSOTROS
Salmos 14:14

A. Después que Moisés reveló su profunda confianza en lo que Dios podía hacer por ellos, como ya lo había hecho antes, escuchó algo con lo que aumentó más su fe en una evidente victoria.
B. Cuando el Señor dijo "¿por qué clamas a mí?", Moisés tuvo que entender que aquella no era la hora para orar sino para marchar.
C. Pero también entendería que Dios iba a manifestarse en medio de ellos de una manera extraordinaria. Es como si Dios le hubiese dicho "no sigas pidiéndome lo que yo se que tengo que hacer, solo dile a ese pueblo que marche".
D. Y eso fue lo que Moisés hizo. Obedeció como hasta ahora lo había hecho, y utilizando la vara como el instrumento a través del cual Dios ha manifestado su poder, vio, junto con su pueblo, la forma como Dios peleó por ellos.
E. A la orilla del mar Dios vino a ellos como guerrero, conquistador y vencedor. Después que ellos vieron a los egipcios derrotados tuvieron que cantar osadamente: (Éxodo 15:3)
F. En nuestro largo peregrinaje terrenal hay un Señor Todopoderoso que sigue peleando a favor de nosotros. Hay fuertes batallas que se levantan hoy contra el creyente. Al igual que el pueblo de Israel nuestras fuerzas pudieran debilitarse.
1. Es más, aun en nuestros estados desesperados incurrimos en la irreverencia de reclamarme al Señor su ausencia. Pero el abandono de nuestro Dios jamás ocurre en nuestras vidas.
2. El asunto significativo que envuelta esta historia es que Dios abre camino para su pueblo no rodeando la dificultad sino atravesando todo tipo de obstáculos.
3. El mar, símbolo de un enemigo que debe ser vencido, y que representa a esa fuerza amenazante, queda dominado por el poder de Dios. No hay poder de ningún tipo que prevalezca contra nuestro Dios.

Conclusión:
Su pueblo debe seguir su marcha. Dios le ha prometido pelear por él. La orden que Dios dio a Moisés en aquel entonces, es la misma para la iglesia de hoy. "Di a este pueblo que marche", debe nuestra consigna siempre. Hemos sido salvos para marchar.

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